sábado, 26 de abril de 2014

Reflexion sobre la misión de los doce




´A estos doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: no se dirijan a países de paganos, no entren en ciudades de samaritanos; vayan más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y de camino proclamen que el reino de los cielos esta cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen demonios. Gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar´ Mateo, 10, 5-8.

         Queridos hermanos y hermanas, en esta pequeña reflexión tenemos mucho de que hablar, pues pareciera que Jesús se contradice, cuando señala en Mat. 10-5, no se dirijan a países de paganos, no entren a ciudades de samaritanos. Y por otro lado señala en Mat. 28/19. Hagan discípulos entre todos los pueblos. La comunidad cristiana a la que Mateo dirige su evangelio seguramente no vería tal contradicción, pues estaba viviendo ya, como las otras iglesias locales dispersas por el imperio Romano, la realidad de una Buena Noticia abierta por igual a judíos y paganos.

         Quizás haya que buscar la solución en el sentido de las palabras ´ovejas descarriadas de la casa de Israel´ Mat.10/6., que pueden referirse o bien a todo el pueblo de Israel o, en particular, a los pobres y marginados del pueblo, gente humilde y oprimida. Aclarada esa parte, es importante para todos nosotros, destacar el versículo 7, que resalta el mensaje que deben llevar los discípulos, el mensaje de Jesús, el reinado de Dios, que irrumpe en la historia  con el poder de la liberación de todo mal que afecte a la persona y a la familia humana. Y, por consiguiente, los portadores del mensaje de Jesús deben adoptar su mismo estilo vida itinerante y pobre: no dos túnicas, ni oro ni plata para el camino, simplemente vivir al día. Al hablar de las dos túnicas, recuerdo que le dije a hermana cursillista, que por respeto me reservo el nombre, le dije textualmente: por que tener 6 pares de zapatos, si solo tengo dos pies, y existen tantos pies que tienen que ponerse. Pues hoy Jesús vuelve y nos recuerda, que no hay que vivir en la abundancia, mientras nuestros hermanos se caen a pedazos, el mismo mensaje que nuestro párroco, nos echa en cara semana tras semana con la ofrenda de los pobres y la canasta vacía.

         Para un verdadero cristiano, sería cuesta arriba, tener la despensa llena, mientras muchos hermanos carecen de un poco de pan, parece queme he salido del tema, pero la verdad no es así, es que la palabra de Dios, una cosa lleva a la otra.

        Quiero por último, tocar la parte final de la cita bíblica, que traje en el día de hoy: gratuitamente han recibido, gratuitamente han de dar. Entendemos, que el hombre tiene  que vivir de algo, pero no aprovechándose del dolor y la ignorancia del que tiene un difunto en medio de la sala de su casa. En ese sentido, llamo la atención a los hermanos y hermanas que incurren en esta práctica, no soy yo nadie para decirlo, es la palabra de Dios, que así lo exige; y todo cristiano debe tratar de dar fiel cumplimiento al mandato de Dios, y es su voluntad que así sea, expresado a través de Mateo.

         Ya para culminar, quiero señalar la forma imperativa, como Jesús se dirige a sus apóstoles: vayan, sanen, resuciten, limpien y por último expulsen, hermanos y hermanas es un mandato, es una orden, todo aquel que hace negocio con la palabra de Dios, claramente no entiende el mensaje y por ende desobedece a su padre.

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