La
escuela es una de las tantas instituciones encargadas de determinar la
naturaleza y dimensión del alfabetismo; pero hay discontinuidades en la
práctica del alfabetismo en la escuela y fuera de ella. Se dice que el
alfabetismo es una habilidad adquirida que caracteriza al individuo; pero no se
ha estudiado como influyen en las condiciones sociales, en las cuales el
individuo se relaciona en actividades letradas.
Tres formas práctica de lectoescritura, practica el alfabetismo cuando entra en relación con el texto escrito.
Se
identifican seis categorías fundamentales de actividad alfabeta: la sacra, la
útil, la informativa, la recreativa, la persuasiva y la personal-familiar.
Las seis son útiles pero solo se describirán las tres categorías que son consideradas con mayor frecuencia como objetivos de aprendizaje: la útil, la informativa y la recreativa.
Las seis son útiles pero solo se describirán las tres categorías que son consideradas con mayor frecuencia como objetivos de aprendizaje: la útil, la informativa y la recreativa.
11.1 Alfabetismo útil: Este es el tipo de lectura con la que se encuentran más comúnmente las personas en la vida cotidiana. Algunos ejemplos de estos tipos de textos son los recetarios, cuando se siguen las instrucciones, o cumplir horarios; en este tipo de alfabetismo también entran actividades tales como: escribir una carta, llenar solicitudes, escribir recados, etc. Esta es la forma más común y simple de alfabetismo útil.
11.2 Alfabetismo informativo: Las personas también leen para aprender acerca del mundo, aunque eso no reporte una utilidad inmediata. La principal función de este es que el lector construya una representación mental de la situación presentada en el texto leído y relacionar la nueva información con conocimientos previamente adquiridos. Este tipo de lectura es impulsado por variados intereses, desde intereses personales o curiosidades hasta la necesidad de adquirir conocimientos.
11.3 Alfabetismo recreativo: El alfabetismo recreativo es aquel en el cual el individuo lee para recrearse, o por el puro placer de leer. Lo que la lectura recreativa permite es que el individuo use la imaginación, satisfaga su curiosidad, conozca culturas, viva cosas que personalmente no ha vivido y fomente en sí mismo la lectoescritura. Este tipo de lectura tiene mejor suerte que la lectura informativa en términos de aprendizaje; pues como se mencionó antes estimula el desarrollo de actividades cognitivas del individuo de una manera indirecta, pues no se sabe que se está desarrollando cognitiva y lingüísticamente. Una de las características más importantes de este tipo de alfabetización, es que la persona puede dejar el libro a su voluntad; esto es lo que provoca que este tipo de lectura no se vuelva tediosa y aburrida.
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