En algunos
niños parece que aprender a escribir y a leer se produce de manera espontánea y
"natural", y algunas veces mucho antes de la escolarización formal.
Algunos niños empiezan a leer libros ilustrados sencillos (se guían por las imágenes, todavía no
decodifican la letra impresa) y a escribir palabras, como su nombre, el de los
miembros de su familia, el de sus juguetes, etc.
Algunos, incluso, componen frases, cuentos y poemas en la etapa pre escolar.
A primera vista, puede parecer que estos
logros son similares a otros del tipo biológico y de la madurez, sin ningún
tipo de intervención especial del entorno del niño. Sin embargo, si observamos
las primeras actividades de alfabetización de los niños, descubriremos que
éstos sienten más interés por la lectura y escritura si
observan estas actividades y participan en ellas junto con escritores y
lectores más competentes que ellos, en especial con los padres, hermanos
mayores y los maestros.
Por lo tanto,
podemos decir que el desarrollo de la alfabetización constituye un proceso
profundamente social que se inserta en las relaciones sociales sobre todo en
las de los niños con las personas más cercanas de su entorno. Estas personas
les sirven de modelo, les ofrecen
materiales, crean expectativas y les ayudan, instruyen y animan.
El desarrollo
de la alfabetización empieza en las relaciones de los niños con sus cuidadores
inmediatos y se expresa y elabora en comunidades cada vez más amplias.
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