“Cuando
llegué a ustedes, hermanos, para anunciarles el misterio de Dios no me presenté
con gran elocuencia y sabiduría; al contrario decidí no saber de otra cosa que
de Jesucristo, y este crucificado. Débil y temblando de miedo me presenté ante
ustedes; mi mensaje y mi proclamación no se apoyaban en palabras sabias y
persuasivas, sino en la demostración del poder del Espíritu, para que la fe de
ustedes no se fundamentase en la sabiduría humana, sino en el poder divino” 1
corintios 2, 1-5.
Hermanos y hermanas, que placer
encontrarnos de nuevo, el mensaje de hoy Pablo en su carta a los corintios, le
explica a la congregación de esa ciudad, la humildad con la cual el asumió la
proclamación de la buena noticia de salvación.
En nuestros días, encontramos en
nuestras templos muchos hermanos y hermanas, que consideran que para llevar en
mensaje de Cristo a los demás, es preciso ser licenciado, doctor, ingeniero, o
que se yo, poseer un titulo que lo faculte para realizar tal acción; sin
embargo, existe un pasaje bíblico que dice: “he ocultado estas cosas a los
sabios y poderosos y se las he revelado a los humildes y sencillos”. Hermanos, si reflexionamos y nos detenemos un
instante, ¿A quien dice Jesús que su padre le ha revelado el mensaje de
salvación? Bueno, creo que no hay dudas
que es a los de corazón sencillo y los humildes, pues Jesús siempre buscó
desvalido y fundó allí, en ellos la esperanza de una nueva vida, a través de la
resurrección.
Este mensaje, va pues también a
todos nosotros que tememos temor de abrir los labios para anunciar a Cristo,
vivo, muerto y resucitado. Nosotros debemos de dejar de pensar como hombres e
iniciar el enfrentamiento con Satanás, así como lo hizo Jesús cuando tentado
después de haber pasado 40 días en el desierto. Jesús no tuvo miedo, quizás
hermano usted me dirá, si pero Jesús en ese momento tenia la protección de Dios
y de igual forma o era Dios, pero permítame decirle que No, querido hermano,
que no es así; pues no es hasta después de su muerte y resurrección que Jesús
se convierte en Dios, hasta ese momento era hombre.
Pero
bien, el tema no es si Jesús era Dios o hombre, el tema es que Pablo no manda a
olvidar la elocuencia y la sabiduría, para hablar de Jesús, el señala “basta
saber de Jesús, para hablar de el”. El dice que tuvo miedo y hasta tembló, sin
embargo, el confió en él y en la causa que estaba encarando. Pedro sabía que
apenas abrir su boca las palabras se les multiplicarían, pues anunciaba la
causa más justa y noble. “y en este momento yo voy a pensar como pensó pablo”.
Lo que un ser humano más quiere es su vida, si, por supuesto, pero cual vida,
esta o la vida eterna, claro que las dos vidas son importantes, pensamos todos,
sin embargo, diría Pablo, no papá la vida eterna. Claro y para conseguir que te
inscriban en el libro de la vida, basta hacer la voluntad de Dios y la voluntad
de Dios es que todos seamos salvos, pero como salvarnos, si nadie nos habla de
cómo hacerlo, entonces pues, Pablo se llenó de valor y dijo es mejor morir
intentando llevar este mensaje, que morir para siempre por no intentar llevar
este mensaje.
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